miércoles, 20 de mayo de 2015

Solemne Celebración del Tránsito de Santa Rita



Celebración del Tránsito de Santa Rita

La celebración es ideal para hacer en comunidad o en grupo, de lo contrario, se puede adaptar al uso privado.

En la celebración del Tránsito, nos unimos espiritualmente  al Santuario de Rita en la ciudad de Casia y a todos los devotos de Santa Rita del mundo entero que aguardan la fiesta del 22 de mayo.

 El tránsito se celebra el 21 de mayo. Se trata de la Víspera de la fiesta en clima de alegría.

Para la ambientación se puede tener presente la hermosa tradición  de Casia en la víspera del 22 de mayo con la fiaccolata.  Se trata de llamas de fuego que iluminan en la noche del tránsito de la Santa. De lo contrario se puede simplificar al encendido de velitas armando un cortejo para Rita. Un sendero de luces.

Canto de entrada

Señal de la Cruz

Palabras de acogida.

Hermanos, nos hemos reunidos para celebrar el feliz tránsito de Rita de Casia, a la gloria del cielo. Evocamos, en ésta hora solemne, el momento en que la humilde existencia de Rita se abrió para siempre a la intimidad con Dios en la gloria del Señor resucitado.

Oremos.

Señor y Padre nuestro, que nos llenas de alegría y esperanza con la solemnidad del tránsito de Santa Rita, infunde en nosotros el deseo de alcanzar la santidad para que, cuantos celebramos la entrada de Rita en el cielo, nos preparemos también a entrar nosotros cuando tu lo dispongas. Te lo pedimos por tu Hijo Jesucristo nuestro Señor, que siendo Dios vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo por lo siglos de los siglos. Amén.


Lector  "Introducción al Tránsito"

Había pasado el invierno. La primavera apenas entrada esparcía el aroma de las ahora abundantes rosas. En el monasterio una luz se estaba apagando para brillar luego aún con más intensidad en toda la Iglesia. Rita agoniza serena… El buen Jesús y su Madre le conceden en visión la gracia de sus visitas como un anticipo de cielo. Por fin, Rita sonríe y expira. Entonces las campanas de la ciudad comenzaron a anunciar, con prodigioso sonido, el inicio de numerosos portentos. Al momento se iluminó la habitación y un perfume inefable se esparció por todo el monasterio. Apenas acaecido el tránsito de Rita, peregrinos de todas partes se acercaron para venerar el cuerpo. Muchos enfermos sanaron al instante con solo tocarlo. Rita de Casia entró en la gloria con verdadera fama de santidad. De inmediato el pueblo la llamó “santa” y la invocó como “Abogada de los imposibles” y “Santa de la paz y del perdón”.
Margarita Lotti (Rita de Casia), fue declarada beata el 22 de julio de 1628 por el papa Urbano VIII y canonizada el 24 de mayo de 1900 por el papa León XIII. Hoy en día la devoción a Santa Rita es universal y sus favores espirituales y materiales son innumerables.


Lector "Evocación".

En el año del Señor 1447, el 22 de mayo, Dios llamó a Rita a entrar en su gloria. Al morir ella, una luz maravillosa iluminó su celda, y un perfume inefable se expandió por todo el monasterio, las campanas de Casia sonaron a fiesta sin que nadie las tocara y el alma de Rita fue vista con aureola de gloria subir al cielo.


Encender ahora foco de luz de Santa Rita. Guardar un momento de silencio.

Lucernario.

Se encienden las velitas de los fieles como en la Vigilia Pascual.

Toque de campanas

Mientras suenan las campanas se lee la  poesía titulada: “El tránsito”. Es una invitación a unirnos espiritualmente al Santuario de Casia.

     El tránsito

Lleguemos todos juntos
a Casia, mis hermanos,
que ya comienza el tránsito
tomémonos las manos.
Escuchen las campanas,

por Rita están sonando.
Dios mismo, con portentos,
es quien la está llamando.

¿No ven, hermanos míos,
que Rita se levanta?
Su alma entra en la gloria
con aureola de santa.

Perfumado de cielo
su cuerpo se ilumina,
su llaga es una rosa
que ya no tiene espinas.

 Lectura Bíblica.

Lectura del Cantar de los Cantares.   (2, 10-14)

“¡Levántate, amada mía, preciosa mía, y ven! Que ya ha pasado el invierno, han cesado las lluvias y se han ido; las flores aparecen en el campo, ha llegado el tiempo de la poda, ya se oye en nuestra tierra el arrullo de la tórtola.  Da sus primeros brotes la higuera y las viñas en flor exhalan su fragancia.
¡Levántate, amada mía, preciosa mía, y ven! Paloma mía que anidas, en las grietas de la roca, en escarpados riscos, déjame ver tu rostro, déjame oír tu voz. ¡Es tan dulce tu voz, es tan hermoso tu rostro!     Palabra de Dios.

Homilía.

Entrega de la rosa.

Un niño le alcanza un rosa  roja al párroco y éste la ofrece colocándola junto a la imagen mientras dice:
 Recibe, Rita, ésta rosa en recuerdo de aquella que te fue dada en el último invierno de tu vida, signo de que te habías convertido en el buen aroma de Cristo. Acéptala ahora de mis manos como ofrende de ésta comunidad parroquial y de todos los peregrinos que acuden a tu encuentro, para gloria de la Santísima  Trinidad.  Amén.


Se inciensa la imagen de Santa Rita y la reliquia mientras se canta: “Santa de imposibles.”


Saludo e invocación

Gloriosa Santa Rita de Casia, que manifiestas en tu rostro la bondad de Dios. Extiende tus manos que nos acerquen su ternura. Queremos estar siempre dispuestos a buscar la voluntad del Señor en todas las circunstancias de la vida.
Te saludamos, Rita, por tu fidelidad a las promesas bautismales. Intercede por nosotros para que vivamos con alegría las exigencias del evangelio y la llamada universal a la santidad.

Te saludamos, Rita, por tu testimonio de oración en los diversos estados de tu vida. Ayúdanos a permanecer  unidos a Jesús como los sarmientos a la vid, para que nuestra vida espiritual sea fructífera como la tuya.

Te saludamos, Rita, experta en la vida familiar, por el ejemplo que nos has dejado queremos encomendarte a nuestras familias para que siguiendo tus enseñanzas seamos capaces de poner  siempre nuestra mirada en Jesús.

Te saludamos, Rita, santa de la espina y de las rosas, por tu amor humilde a Jesús Crucificado, ayúdanos a arrepentirnos de nuestros pecados y valorar profundamente el sacrificio de Cristo por todos nosotros.


LETANÍAS

El fruto del Espíritu Santo es el amor.
Tú Rita lo has vivido.                                                    Consíguelo para nosotros.

El fruto del Espíritu santo es la paz.
Tú Rita la has vivido.                                                    Consíguela para nosotros.

El fruto del Espíritu Santo es la alegría.    
Tú Rita la has vivido.                                                    Consíguela para nosotros.

El fruto del Espíritu Santo es la paciencia.
Tú Rita la has vivido.                                                     Consíguela para nosotros.
El fruto del Espíritu Santo es el perdón.

El fruto del Espíritu Santo es la pureza de corazón.
Tú Rita la has vivido.        
                                                                                        Consíguela para nosotros.
El fruto del Espíritu Santo es la fidelidad.
Tú Rita la has vivido.                                                      Consíguela para nosotros.

 El fruto del Espíritu santo es el dominio de sí.
Tú Rita lo has vivido.                                                      Consíguela para nosotros.

El fruto del Espíritu Santo es la esperanza.
Tú Rita la has vivido.                                                       Consíguela para nostros.


 Canto final.



En el Santuario  de Santa Rita de Casia (Montevideo)  el solemne tránsito de la santa se celebra desde mayo del año 2000  en forma ininterrumpida y con espíritu gozoso. 

Fraternidad Ritiana 
Montevideo

domingo, 17 de mayo de 2015

Una reflexión teológica-espiritual acerca de las pinturas del segundo sarcófago de Santa Rita




Con la espina en la mano y gozo en el corazón

   La pobreza de documentos escritos no es un problema para quienes pretendemos conocer más a fondo a Santa Rita. No lo es gracias a la riqueza pictórica que nos permite ahondar en su vida espiritual y tiene para nosotros valor documental.


   Entre las muchas obras de arte ritiano merecen una especial mención las pinturas del segundo sarcófago de la Santa, realizado en el año 1457, es decir, diez años después de su muerte. 

   Con un estilo propio del 1400, esta obra, atribuida a Pablo de Visso, nos introduce en el corazón mismo de Rita, permitiéndonos un acercamiento más profundo a su rica espiritualidad.

   En el centro del sarcófago podemos apreciar la figura de Jesús que está de pie dentro del sepulcro; sobre su cabeza tiene la corona de espinas y son visibles las llagas de sus manos y de su costado.

   Está representado en el momento de la Pascua, paso de la muerte a la vida. Este Jesús, humillado y glorificado, es el centro de la espiritualidad de la Santa.
   A la izquierda encontramos a Santa María Magdalena ofreciendo el ungüento al Señor, signo visible de que Jesús murió y fue sepultado.

   Por otra parte, la misma presencia de María Magdalena junto al sepulcro nos evoca su encuentro con el Resucitado.

   A la derecha está Santa Rita, vestida de monja agustina, con el hábito tal como se usaba en su época, bien distinto por cierto al que nos hemos acostumbrado a ver en las representaciones posteriores.

   En su genialidad, el pintor profundamente inspirado, representa a Rita ya casi glorificada, irradiando rayos de luz desde su cabeza.  

   Ella que había compartido la pasión del Señor, le entrega el don de la espina, esperando participar con Él en su gloria.

 Como es una constante en casi todas las representaciones de la Santa de Casia, se puede apreciar la llaga en su frente, pero, a diferencia de la gran mayoría sostiene la espina en la mano derecha y está haciendo el gesto de entregársela al Señor.

   Esta diferencia significativa de la iconografía ritiana nos habla de la ya mencionada participación en la gloria de Cristo.

   Es por eso que su rostro está radiante, sereno y gozoso, reflejando sabiduría y fuerza.

   Sobre la tapa del sarcófago está representado el cuerpo extendido de la Santa con las manos en cruz en espera de la resurrección.

   Junto a su cabeza podemos leer el epitafio que destaca las virtudes de la Santa.




Novena a Santa Rita día 9 . 21 de mayo

En su último invierno Jesús le regaló una rosa y dos higos



                                                 En la foto, Imagen de Rita yacente.
Venerada en la Capilla de la Santa. En el Santuario de Santa Rita de Montevideo - Uruguay



   El prodigio de la rosa y de los higos aparece en diversos testimonios fidedignos recogidos en el proceso de beatificación en el año 1628.


Transcribimos parte del testimonio de una biografía de ese mismo año: “En el más áspero y riguroso invierno, y encontrándose todo cubierto de nieve, una prima de Rita fue a visitarla; al marcharse preguntó a Rita si de su casa necesitaba alguna cosa; Rita le respondió que deseaba una rosa y dos higos del huerto. La prima sonrió, creyendo que Rita deliraba a causa de la enfermedad y se marchó. Una vez llegada a casa, entró por casualidad en el huerto y vio entre la nieve un rosal que cargaba una hermosa rosa, y, sobre la planta, dos higos maduros. Perpleja por el cruel y frío invierno, viendo los frutos milagrosos, se los llevó a Rita”.

   La rosa y los higos aparecen como sonrisas de Dios para aquella mujer que había sabido sobrellevar dolores y contradicciones, ofreciendo generosamente su vida al Amor.

   Ahora florecía en ella la vida nueva de Jesús Resucitado, a quien había amado sin medida. Se iba cargada de frutos maduros como higuera bendecida y fecunda. Se iba como rosa que despide el buen aroma de Cristo.


El feliz tránsito de Santa Rita

Había pasado el invierno. La primavera apenas entrada esparcía el aroma de las ahora abundantes rosas.

   En el monasterio una luz se estaba apagando para brillar luego aún  con más intensidad en toda la Iglesia. Rita agoniza serena…

   El buen Jesús y su Madre le conceden en visión la gracia de sus visitas como un anticipo del cielo. Por fin, Rita sonríe y expira.

   Entonces las campanas de la ciudad comenzaron a anunciar, con prodigioso sonido, el inicio de numerosos portentos. Al momento se iluminó la habitación y un perfume inefable se esparció por todo el monasterio.

   Apenas acaecido el tránsito de Rita, peregrinos de todas partes se acercaron para venerar su cuerpo. Muchos enfermos sanaron al instante con solo tocarlo. 
   Rita de Casia entró en la gloria con verdadera fama de santidad el 22 de mayo de 1447. 

   De inmediato el pueblo la llamó “santa” y la invocó como “abogada de los imposibles”. Maragarita Lotti (Rita de Casia), fue declarada beata el 22 de julio de 1628 por el papa Urbano VIII y canonizada el 24 de mayo de 1900 por el papa León XIII.

   Hoy en día la devoción a Santa Rita es universal y sus favores espirituales y materiales son innumerables. La invocamos como“abogada de los imposibles” y “abogada de los casos desesperados”.

   Pero no son solamente personas creyentes y fervorosas las que van al encuentro de Santa Rita, sino también personas débiles en la fe, quizás también incrédulos, que acuden atraídos por la gracia, la riqueza y la santidad de esta humilde mujer; de ella reciben consuelo, gracia y un sentido nuevo para sus vidas.

Dios la eligió para hacer de ella un signo vivo de su bondad, de su compasión y de su cariño para con todos nosotros.
   En el segundo sarcófago de la Santa, realizado diez años después de su muerte, podemos leer el epitafio que reza así:




“Oh bienaventurada por virtud y fortaleza,
en éxtasis arrebatada por la Cruz,
donde sufriste dolores agudos,
tú dejaste las tristezas de este mundo,
para satisfacer tus ansias de vida y de luz.

Participando de esa pasión tan atroz,
¿qué mérito tan grande atribuirte?
Tú fuiste preferida a toda otra mujer
para recibir una de las espinas de Jesús.
.
Tú no esperabas algún premio terreno,
pues no querías otro tesoro fuera de Cristo,
al que toda te entregaste

Quince años la espina padeciste,
y no te pareció todavía estar preparada
para entrar en la vida gozosa”.


Este epitafio nos señala el momento cumbre del éxtasis mayor  de Rita, la estigmatización en la frente mediante el don de la espina.

   Estudios realizados por médicos el día 4 de abril de 1997, hallaron en la zona frontal del cuerpo de la Santa una fisura profunda.

   Pero más que las pruebas interesa destacar el significado propio del signo, para darnos cuenta que el estigma de Rita expresa exteriormente su íntima unión con Jesucristo.

   Es, como algunos ya han dicho, el desposorio místico de la Santa, su matrimonio espiritual que ha tocado la experiencia misma del éxtasis.
   O, dicho en forma poética: Es el beso de Jesús en la frente de Rita.

Novena a Santa Rita día 8 . 20 de mayo

La espina del amor

   Durante la cuaresma del año 1425 un predicador franciscano, Giacomo della Marca, acudió a la Colegiata de Santa María de Casia, por haber sido invitado a predicar sobre la pasión del Señor. Debido a su buena fama de orador muchos acudieron a escucharlo.

   Entre los oyentes estaba Rita, quien supo aprovechar bien aquella prédica que guardó en su corazón y meditó siempre.

   Ella, que tanto contemplaba el crucifijo, se sintió profundamente tocada por la predicación del franciscano.

   Años después, cuando llegó el viernes santo de 1432, hallándose Rita de rodillas ante la imagen del crucifijo (que aún hoy se encuentra en el sitio donde ella rezaba), mientras meditaba la pasión de Jesús, exclamó: “Señor, dame una espina, una de aquellas que traspasaron tu sagrada cabeza”.

   La suplica fue tan sincera que el Señor le concedió a Rita una íntima participación en su pasión: la estigmatización en la frente mediante el don de la espina.

                                           En el vitral. San Agustín, Rita y Santiago de la Marca




 Desde la Iglesia amó a la Iglesia

   El período monacal de Rita, más aún toda su vida, se desarrollo en un momento muy crítico de la historia de la Iglesia Católica.

   Período de grandes divisiones, escándalos, decadencia del papado. En ese momento, en el cual muchos optaron por separarse de la Iglesia, Rita prefirió manifestar públicamente su total adhesión.

   Generalmente, cuando la Iglesia pasa por estas experiencias dolorosas que hacen tambalear la fe de los más débiles, una postura cómoda y poco comprometida puede ser esta: “entonces, yo también me voy”. Pero la fe de esta mujer fuerte era firme y madura.

   Rita amaba a la Iglesia real y no “ideal”. La amaba, no porque ingenuamente la creyera perfecta, sino porque estaba convencida de la necesidad de conversión en cada uno de sus miembros.

   Fue en ese contexto que surgió el peregrinaje a Roma que realizó junto con sus hermanas del monasterio.

   De esta manera, y habiendo vivido su fe comunitariamente y en plena comunión con la Iglesia, Rita nos da ejemplo de amor y de unidad, porque supo decir con su vida: “aquí estoy”.

Novena a Santa Rita día 7 . 19 de mayo

La paz que nace del perdón

   Rita había visto muchas veces a sus padres embarcados en la difícil tarea de sembrar la paz. Ahora ella misma debía realizar lo que había visto y aprendido de Antonio y Amada.

   Con la paciencia y la perseverancia de siempre asumió este nuevo desafío, dispuesta a encontrarse con las familias enemistadas para invitarlas al perdón y a la reconciliación.

   Finalmente, después de muchos esfuerzos y oraciones, logró reunirlas en un abrazo de paz. Los pueblos de Rocaporena y de Casiarecordaron siempre aquel abrazo que puso fin a tanto rencor, odio y violencia.

   Aquel acontecimiento fue el origen del título con que más tarde también se invocó a Rita llamándola “Santa de la paz y del perdón”.
   Ahora ella tenía el camino libre para entrar en el monasterio.


Una vid prodigiosa

La tradición dice, que siendo Rita novicia, la superiora le pidió que regara, por obediencia, un sarmiento seco que se encontraba en el jardín y que cuidara de él. Ella lo hizo humildemente cada día. Al cabo de un tiempo el sarmiento seco retoñó transformándose en una lozana vid.
   En la simbología ritiana la vid junto a un pozo alude a la obediencia de la Santa y a su fecundidad espiritual; porque ella, en efecto, como dice el Evangelio de San Juan, unida a Jesús, verdadera vid, es un sarmiento que produce mucho fruto.

Novena a Santa Rita día 6 . 18 de mayo

Un escollo, una esperanza



   Rodeado por el caserío y las montañas, casi al centro del valle, nos encontramos con “el Escollo”, una elevación rocosa llena de abundante vegetación.

   Desde lo más alto del escollo se aprecia la belleza del paisaje y se experimenta una seductora invitación a la alabanza del Creador.

   En la actualidad, los habitantes de Rocaporena se refieren a este lugar con distintos nombres, entre los más usados están: “Escollo de la oración”, “Escollo de Santa Rita”, “Escollo de la Esperanza”.

   Conviene destacar que todas las maneras de llamarlo hacen referencia directa o indirectamente a la misma persona. Es tradición entre los rocanos decir que Rita subía al escollo para retirarse en oración, alimentando así la esperanza de ingresar en el monasterio de las agustinas de Casia.

   Rita llevaba una vida tan rica en oración y en servicio al prójimo que no tardó en descubrir que en su interior estaba aún latente aquel viejo llamado a la vida religiosa.
   Dejándose guiar por el Amor, encaminó sus pasos hacia su deseada Casia.

   Al llegar al monasterio pidió ser admitida en él, pero encontró que en aquella comunidad había una parienta de su esposo, una tal catalina Mancini.

   No olvidemos que los Mancini sentían un gran desprecio hacia Rita debido a que ella se opuso a la venganza, concediendo el perdón a los asesinos de su marido.

   Por eso no debemos extrañarnos cuando la abadesa, temiendo poner en peligro la buena convivencia entre las hermanas, le negó a Rita su ingreso al monasterio.

Con esa respuesta no esperada regresó la Santa a las tareas de siempre. Sin resignarse ante la negativa acudió al Señor pidiéndole ayuda.

   No rezó sola, sino que se dejó acompañar por la intercesión de sus santos más queridos: San Juan Bautista, San Agustín y San Nicolás de Tolentino.

   Fortalecida con la gracia de Cristo y la oración de tan grandes compañeros, emprendió su camino a Casia una y otra vez.

   Un día, después de varios intentos, viendo la abadesa la perseverancia de nuestra Santa, le manifestó que la pacificación de las familias podía ser, sin lugar a dudas, la llave que le abriría las puertas del monasterio.

   Si bien esta respuesta parecía imposible de concretar, dado el endurecimiento de aquellos corazones, brilló para Rita una esperanza.


Novena a Santa Rita - día 5. 17 de mayo

Patrona de los pobres y de los enfermos

   Entre los más variados títulos con los cuales se venera a la Santa de Casia, está el de “Patrona de los pobres y de los enfermos”.

   Una vez viuda y sin hijos, Rita no se encerró en su casa para auto-compadecerse, sino que enfrentó el sufrimiento sin evasiones ni estancamientos. En la aceptación y ofrenda de su dolor encontró la vía del amor y de la sanación interior, recuperando la alegría de servir a Jesús en el prójimo.

   Rita viuda descubrió que esta nueva etapa de su vida le ofrecía un modo diverso de realización y de felicidad. Siguiendo el ejemplo de San Nicolás de Tolentino, Rita oraba por sus difuntos con inmensa ternura pero sin el dolor de quien piensa que los ha perdido para siempre, sino con la esperanza de reencontrarlos “en Aquel en quien nada se pierde”. (San Agustín).

   La Santa de Rocaporena, cual mujer fuerte “guardó memoria a sus muertos y gastó en los vivos su tiempo”. (Himno de Santas Mujeres)
   Acudía al “Lazareto” para visitar a los enfermos que allí encontraban refugio y atención. 
   Socorría a los pobres con quienes compartía sus bienes y consolaba a los tristes invitándolos a la esperanza.
   Aún hoy, en el Santuario de Santa Rita en Rocaporena, se puede ver a modo de reliquia, un manto que le pertenecía y al cual renunció para dárselo a un necesitado.


viernes, 15 de mayo de 2015

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Novena a Santa Rita día 4 - 16 de mayo

La mujer fuerte puso en Dios su esperanza…
      

Primeramente llegó la muerte de sus ancianos padres, la cual, no por esperada fue menos dolorosa. Cuando su corazón estaba preparado para otras pérdidas le trajeron la amarga noticia de que su esposo había sido asesinado, se sospecha que a causa de viejas rencillas.
   El pueblo de Rocaporena había quedado consternado por tan alevoso crimen y se movilizó para acompañar en su pesar a la viuda de Mancini.
   En presencia de todos los asistentes, Rita perdonó públicamente a los asesinos de su marido. Ella no sabía de rencores ni de odios. No había lugar en su corazón para sentimientos ruines de venganza. Después de darle sepultura Rita retornó con sus dos hijos a casa; seguramente lloró, pero abrazándose a la vida y a la esperanza. Dios sostenía a Rita y ella confiaba en Dios.


      
Rita, madre en el dolor y la oración


   El asesinato de su marido trajo como consecuencia que sus hijos, ya adolescentes, se sintieran proclives a la venganza.

   La familia de Pablo influía negativamente en los corazones de aquellos jóvenes. Rita, por su parte, había escondido la camisa ensangrentada de su esposo para evitar que los hijos se sintieran motivados a la venganza. Señalándoles el crucifijo los invitaba a perdonar como lo hizo Jesús.
Preocupada por la insistencia de ellos en vengar la muerte de su padre, rezó diciendo al Señor que prefería que los llevase antes que se convirtieran en homicidas.
   Esta oración que se encuentra en el proceso de canonización, expresa lo máximo de su heroísmo, porque aún siendo una madre tan afectuosa, el temor de ofender a Dios, y el peligro de perderlos para siempre pudo más que todo otro sentimiento humano.

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jueves, 14 de mayo de 2015

Obras Ritianas

En Rocaporena, en el nombre de Santa Rita durante el año 1949 se levantó una importante obra de caridad y solidaridad cristiana. Ya desde los inicios, cuando se proyectaba levantar el Santuario se había soñado con lo que en la actualidad se conoce con el nombre "Centro educativo Santa Rita". En su origen nació como una casa para dar alojamiento a niños y jóvenes huérfanos. 



                                                                   
Conoce el Centro Educativo Santa Rita, entra aquí;

En la fotografía se puede apreciar el Centro Educativo Santa Rita junto al Santuario y a la  cancha de fútbol.



.En Casia, junto al monasterio Santa Rita fue fundado el Albear (la Colmena) Cada año     llegan más de 60 niños y jóvenes necesitados. Aquí  reciben educación. Son las actuales  abejas de Santa Rita que viven al lado del monasterio y crecen sanos y fuertes bajo el amparo y caridad de la santa.