Introducción
Carisma y mística
La Fraternidad Ritiana está formada por aquellos hermanos laicos y consagrados que se esfuerzan por vivir el Evangelio teniendo por guía a San Agustín de Hipona como padre y maestro de la vida espiritual, y a Santa Rita de Casia como ejemplo de seguimiento de Cristo en los diversos estados de vida.
Los ritianos, así se les llama por ser hermanos de Santa Rita, procuran vivir la caridad fraterna para ir juntos a Dios con una sola alma y un solo corazón. De esta manera se intenta dar testimonio de la unidad anunciando al mundo el amor Trinitario.
El carisma de la Fraternidad posee un fuerte acento agustiniano y se fundamenta en la caridad, en la centralidad de Jesucristo, en la búsqueda incesante de la Verdad, la Belleza y la Sabiduría como un camino de interioridad, teniendo siempre la humildad como cimiento y sirviendo con alegría a la comunidad parroquial de la que se sabe parte.
La Fraternidad Ritiana está integrada por pequeños círculos de estudio, meditación y contemplación donde se procura crecer en la fe cristiana acentuando la espiritualidad de Santa Rita: su amor apasionado por el Señor crucificado.
¿Por qué y para qué la Fraternidad Ritiana se ejercita en la contemplación de Cristo crucificado?
El ejercicio frecuente de contemplación de Cristo crucificado no pretende ser un simple acto devocional que se queda anclado en dos aspectos del misterio de Cristo, como son la pasión y la muerte del Señor, sino por el contrario, son la puerta por la que el ritiano ingresa a la contemplación total del misterio de Cristo, más aún, del misterio Trinitario.
Cada hermano ritiano que toma en sus manos un crucifijo para orar, lo hace pidiendo al Espíritu Santo el don de la contemplación y a Rita la ayuda de su intercesión para ingresar en un camino de oración profunda que no conoce el límite ni el estancamiento.
Desde una mirada pesimista y sin fe este acto de posar los ojos en un crucifijo no sería más que mirar a un muerto, a un hombre derrotado que gritó su verdad. Pero contemplar es más que mirar lo que los ojos alcanzan a ver. Por eso el contemplativo no ve a un hombre derrotado sino al Vencedor del pecado y de la muerte, no solo consigue ver en el crucifijo a alguien que dijo algunas verdades y lo condenaron a muerte, sino que ve al que es la Verdad y la Vida, porque contempla ya al Resucitado. Por eso el crucifijo es para nosotros la llave y la puerta de la contemplación que apunta a la experiencia mística, que abraza el Misterio embriagando el alma de gozo.
Contemplando a Jesús crucificado en la escuela de Santa Rita, mística agustiniana, se contempla a Cristo en todo su Misterio.
En el crucifijo el hermano ritiano contempla también al Amante que es el Padre que toma la iniciativa de amarnos en su Hijo Jesucristo.
Se contempla a Jesús el Amado para decir con San Pablo: "Me amó y se entregó por mí".
Se contempla el Amor que brota del Corazón del Crucificado.
Amante, Amado y Amor. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Seguramente en un primer acercamiento al crucifijo no es extraño sentir dolor, dolor por nuestros pecados, dolor por su dolor. Pero en la medida en que se avanza en el camino de la contemplación, el dolor se transforma en un gozo indescriptible de sabernos tan amados por el Señor.
En la imagen de Santa Rita que se encuentra en su santuario de la ciudad de Montevideo podemos notar una mirada dulce y gozosa. Son ojos de enamorada que se posan en el Amado. Los ojos de Rita no son ojos tristes que denotan desesperanza o frustración, por lo contrario, son ojos que gritan amor, que nos invitan a amar al Amado.
Cada hermano y hermana de la Fraternidad Ritiana sabe bien que no se puede pretender caminar solos por estas cumbres de la contemplación.
Adentrarnos en esta maravillosa aventura es ciertamente una enorme gracia del Señor, de la misma manera que lo es para nosotros poder contar con la ayuda de Rita, regalo de la Trinidad.
Ella que nos precedió en la experiencia, también nos acompañará en el camino a recorrer.
Capítulo primero
Encuentros Ritianos
1.1 - Para la Fraternidad, los Encuentros Ritianos, son una oportunidad privilegiada de reunir a todos sus miembros en el Santuario de Santa Rita de Casia (Montevideo).
Es una instancia rica para compartir la Eucaristía, el almuerzo, las vivencias de cada círculo de Fraternidad y su apostolado.
1.2 - Los E.R. se realizan anualmente en la fecha señalada (a convenir) y con la aprobación del padre Rector del Santuario.
Cada E.R. consta de las siguientes partes:
* Bienvenida a cargo del padre Rector del Santuario o de parte de su delegado para la ocasión.
* Eucaristía.
* Trabajo grupal.
* Almuerzo compartido.
* Plenario.
Admisiones
En caso de haber candidatos a formar parte de la Fraternidad Ritiana se les admitirá a los mismos siempre y cuando se encuentren preparados según las exigencias de los estatutos vigentes.
Capítulo Segundo
Círculos de Fraternidad
2.1 - Son grupos de formación y oración integrados por los candidatos a formar parte de la F.R. y los miembros ya admitidos.
2.2 - Cada círculo se distingue del resto por un nombre. Se sugiere tomar un santo patrono de la Familia Agustiniana evitando que se repita el mismo nombre en otro círculo.
2.3 - El proceso fundacional de un círculo de F.R. dura aproximadamente tres años. Comienza con la lectura del listado de candidatos durante la celebración del Plenario y concluye con la admisión, finalizado el período de formación inicial en el tiempo establecido.
2.4 - En cada grupo habrá un equipo de coordinación que garantiza la unidad en su propio círculo y de éste con la Sede de la Fraternidad, que es el Santuario de Santa Rita de Casia en la ciudad de Montevideo.
2.5 - Es tarea del equipo coordinador procurar una adecuada formación para todo el círculo, y luego presentar a la sede los candidatos, cuando estos hayan concluido su formación inicial.
Las personas elegidas para prestar dichos servicios deberán ser idóneas para la función y cumplir con los siguientes requisitos:
* Estar integrado/a a una comunidad parroquial.
* Gozar de buena fama y coordinar cada tarea con el párroco del lugar.
* Haber participado en varios Encuentros Ritianos.
2.6 - El Consejo de la Fraternidad Ritiana elegirá el equipo coordinador escuchando el parecer de cada párroco y con el consentimiento de los mismos.
Capítulo tercero
El Consejo de la Fraternidad Ritiana
3.1 - Forman parte del Consejo de la Fraternidad Ritiana la persona a cargo de representar la Sede conjuntamente con el fundador de la Fraternidad o sucesor de la misma, y al menos dos consagrados de la F.R.A. (Fraternidad Ritiana Agustiniana).
3.2 - El padre Rector del Santuario tiene derecho a participar y a emitir opinión.
Capítulo cuarto
Admisiones
4.1 - Cuando un candidato a ser hermano de Santa Rita, ritiano, ha participado ya de tres Encuentros Ritianos consecutivos y ha obtenido el voto favorable del equipo de coordinación del círculo de Fraternidad al que pertenece, podrá ser presentado para la admisión en el próximo E.R. a celebrarse en la sede.
4.2 - El consejo de la Fraternidad Ritiana concederá la admisión según el ritual de la Orden de San Agustín una vez que el candidato se presente en el Plenario.
Capítulo quinto
Plenario
5.1 - El Plenario es la instancia dada en cada E.R. en la cual se comparte las noticias de los círculos y se da lectura de la lista de los inscriptos que ese día formarán parte de la Fraternidad Ritiana de manera formal.
5.2 - Finalizado el Plenario todos los participantes acudirán al Santuario para un momento de oración común, mientras en una sala aparte se reúne el Consejo de la F.R. con todos los equipos de coordinación de círculos. En esa instancia se hace entrega del material de formación y se prepara la ceremonia de admisión de los inscriptos.
Capítulo sexto
Fraternidad Ritiana Agustiniana (F.R.A.)
6.1 - La F.R.A. es el núcleo de la Fraternidad Ritiana en cuanto tal. Forman parte de la F.R.A. aquellos hermanos con votos privados de pobreza, obediencia y castidad que viven su especial consagración en el seno de la Fraternidad Ritiana y están comprometidos en la labor pastoral conjuntamente con los otros hermanos.
6.2 - El Consejo de la F.R. marcará las pautas de discernimiento y formación para aquellos que deseen integrar la F.R.A.
6.3 - La F.R.A. toma la regla de San Agustín con las debidas adaptaciones conforme al estado de vida de los consagrados, que no será precisamente vivir en un monasterio.
6.4 - La casa "común" de la que habla San Agustín en su regla, ha de ser para los consagrados de la F.R.A. su propia parroquia, lugar de encuentro para la alabanza en comunidad e ir juntos a Dios. No obstante cada consagrado ha de vivir en su propio domicilio, conservando su trabajo como sustento de vida.
6.5 - El consagrado ritiano ha de vivir su propia consagración ante todo como servicio a Dios y a sus hermanos. No como una ventaja o privilegio que lo distingue sino como signo que lo compromete a una mayor entrega y disponibilidad.
6.6 - Cada consagrado ha de procurarse una formación permanente sobre todo en el estudio de las Sagradas Escrituras, en la Regla de san Agustín y sus demás escritos.
6.7 - Los consagrados de la F.R.A. por lo general no usan un hábito propio que los distingue del resto de los ritianos. Su único signo visible es el así llamado "anillo de Santa Rita" que reciben el día de los votos perpetuos. Ese mismo día reciben también la correa agustiniana.
6.8 - Los consagrados de la F.R.A. usan la correa agustiniana sobre una túnica blanca solamente durante la ceremonia de consagración propia o de otros hermanos.
6.9 - Una de las principales tareas de apostolado de los consagrados de la F.R.A. consiste en impartir en forma libre y gratuita el curso de CatequizARTE que tanto bien ha hecho a muchas personas. Se trata de catequizar por medio del arte cristiano. Procurar por esta vía una formación cristiana más sólida, un mayor conocimiento de Sagradas Escrituras, de la teología católica y avanzar en la interioridad y la contemplación.
6.10 - La F.R.A. inspirada en Agustín de Hipona ha de procurar hacer mediante CatequizARTE un itinerario de fe en el cual sus participantes redescubran la belleza del arte como reflejo de la Belleza divina. Fortalezcan la fe en Cristo Mediador y Maestro. Inicien un camino de contemplación de Cristo crucificado ayudados por Santa Rita de Casia que los conduzca al gozo de la adoración al Dios Uno y Trino y a una participación más consciente y activa en la Iglesia.
6.11 - Los miembros de la F.R.A. además de celebrar con gran unción las solemnidades y fiestas de nuestra fe cristiana, en particular los días de precepto establecidos por la Santa Iglesia Católica, han de vivir con espíritu agustiniano festivo las siguientes fechas:
24 de abril - Conversión de San Agustín.
22 de mayo - Santa Rita de Casia patrona de la Fraternidad Ritiana.
17 de agosto - Santa Clara de Montefalco.
27 de agosto - Santa Mónica.
28 de agosto - Nuestro padre San Agustín.
4 de setiembre - Madre de la Consolación. Virgen de la correa.
10 de setiembre - San Nicolás de Tolentino
13 de noviembre - Nacimiento de N.P. San Agustín.
6.12 - Oraciones propias de la Fraternidad Ritiana Agustiniana
ORACIONES AGUSTINIANAS PARA CRECER EN SANTIDAD
Dame Señor la gracia de saber socorrer,
consolar y aconsejar como María.
Dame la disponibilidad y castidad de José
para entregarme enteramente a tu proyecto.
Dame el fuego del corazón de Agustín
para amarte apasionadamente.
Dame la perseverancia de Mónica
para que en la oración te busque y te encuentre.
Dame el espíritu fraterno y comunitario de Alipio y Possidio
para servirte en mis hermanos y con ellos.
Dame la hospitalidad de Nicolás de Tolentino
para que siendo tú mi Huésped, te sirva con gusto y con esmero.
Dame la humildad y la sabiduría de Clara de Montefalco
para conocer tu voluntad y saber aceptar la cruz de cada día.
Dame la fidelidad y obediencia de Rita de Casia
para cumplir lo que pidas, aunque parezca imposible.
Dame el valor y la generosidad de Tomás de Villanueva
para predicarte frente a reyes y mendigos.
Dame el espíritu contemplativo de Alonso de Orozco
para interiorizar, gustar y vivir tu Palabra.
Dame la pasión por la Eucaristía de Juan de Sahagún
para deleitarme internamente al celebrarla.
Dame el amor a la Iglesia de Juan Stone
para vivir siempre en comunión y en unidad con ella.
Dame el coraje de Magdalena de Nagasaki
para enfrentar las dificultades sin temores.
Dame el ardor misionero de Ezequiel Moreno
para anunciarte por doquier y en todo tiempo.
para difundir nuestro carisma con inmensa alegría.
Dame la amistad feliz de los tuyos
que solamente en Ti es fiel y eterna.
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