Un matrimonio que llegó a ser feliz
Reliquia - anillo de bodas de Santa Rita
Rita contrajo matrimonio con Pablo Mancini, propietario de un molino, casi en el límite entre Rocaporena y Casia.
Un sacerdote agustiniano, contemporáneo de nuestra santa, declaró: “Rita fue dada en matrimonio a un joven bien dispuesto pero resentido, del mismo lugar de Rocaporena”. Sin embargo otro testigo afirmó: “Pablo Mancini era un hombre honorable y de buena familia, pero muy diferente a Rita… en cuanto a las cualidades, genio y costumbres, hombre de trato difícil pero con gran reserva de generosidad”.
Rita amó a Pablo tal como era, intuyendo que en aquel hombre de carácter difícil, había un corazón generoso capaz de mucho amor.
Siguiendo el ejemplo de Santa Mónica, Rita esperó pacientemente el momento de la conversión de su esposo mientras lo ayudaba con sus oraciones y con su testimonio de vida cristiana.
Poco a poco y con la ayuda de Dios, el matrimonio Mancini-Lotti fue superando sus primeras crisis. Una vez fortalecido el vínculo, la relación se tornó más sana y respetuosa.
Finalmente Rita logró un matrimonio feliz. De aquel amor vio nacer a sus dos hijos: Juan Santiago y Pablo María.
Como madre cristiana, Rita educó a sus dos hijos en la fe. Junto a ellos y a su marido disfrutó de muchos momentos de alegría. Es fácil imaginarla feliz en las celebraciones de los sacramentos que recibieron Juan Santiago y Pablo María.
Felicidad que también sería grande cada domingo cuando concurrían juntos, como familia, a la celebración de la Misa en la iglesia de San Montano.
En este lugar Santa Rita se unió en matrimonio con Pablo Mancini
No hay comentarios:
Publicar un comentario